Handshake over a desk

Nos encantan los números, de hecho, vivimos de ellos. Como profesionales en la gestión de costes, buscamos sumar aportando un valor añadido que paradójicamente conseguimos restando.

A través de la gestión de los gastos logramos que las empresas mejoren sus beneficios y así sus opciones ganadoras. El resultado obtenido hace que se multipliquen a su vez las posibilidades para reinvertir estos ahorros en el negocio y adaptarse a un mercado cada vez más exigente, cambiante y demandante de innovación.

Todo encaja sobre el papel. Sin embargo, nos olvidamos de algo que pone cualquier operación en riesgo: el factor humano. Este concepto del que hablo es el que frecuentemente nos encontramos en  algunas compañías que funcionan como reinos de taifas, donde el miedo y las inseguridades brotan cuando un agente externo viene a evaluar y poner en entredicho los logros alcanzados hasta el momento. El trabajo de años y de muchas horas ahora parece amenazado por un tercero que asegura “que puede encontrar algo que tú no has conseguido. Y es justo en este punto cuando en Expense Reduction Analysts nos olvidamos de las matemáticas y nos centramos en el factor más importante de la operación y que es imposible de calcular, las personas.

El miedo, la inseguridad y la pereza son sentimientos inherentes a todo ser humano y no debemos obviarlos sino, por el contrario, abordarlos desde un inicio para lograr el mayor éxito posible. ¿Cuál es la fórmula perfecta para conseguirlo? No es otra que la alianza. Pasamos de una dimensión racional a otra emocional, de hablar de reducción de costes a buscar la vinculación en el proyecto de aquellos que nos identifican como una auténtica amenaza. El camino para alcanzarlo se antoja complicado…

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