A principios de año, las estimaciones de Greencarrier eran que el problema de los fletes y los contenedores marítimos iba a extenderse hasta finales de 2021. Y no se equivocaban. En estos momentos sigue habiendo problemas de abastecimiento, los tiempos de entrega se alargan y el problema parece que va a afectar, incluso, a la Navidad. La “resaca” del 2020 cuando el comercio estuvo parado durante gran parte del año, ha seguido afectando en este año por la falta de barcos, contenedores y personal. Desde Expense Reduction Analysts (ERA), analizamos y aportamos algunas ideas para poder superar esta crisis de desabastecimiento en algunos sectores, desde la logística.

Las causas de este problema se remontan al paro del comercio mundial en 2020. Las compañías de fletes armaron menos contenedores ese primer trimestre, pero aumentaron sus beneficios en varios miles de millones de dólares. El flete medio de contenedores de 40 pies se ha situado en unos exorbitantes 9.000 dólares y ha mantenido una subida constante durante todo el año, debido a la falta de camiones, contenedores, barcos, cierres portuarios derivados de la Covid-19.

Ahora con el Black Friday y la Navidad, los pedidos van a aumentar y la demanda de productos va a seguir subiendo, pero los retrasos y la falta de algunos componentes claves como semiconductores, diversos productos químicos o el combustible, puede hacer que tengamos un final de año de escasez de productos.

El 80% del comercio mundial de mercancías se mueve por mar, esto quiere decir que el problema es tan grave porque dependemos mucho de este medio de transporte. Además, al estar aglutinado en Asia, y la mayoría en China, le suma una concentración aún mayor al problema. La cadena de suministro pende de un hilo que hasta ahora no se había roto. A continuación, ERA da varias claves con las que los empresarios podrían capear los efectos de esta crisis y estar preparados para próximas situaciones.

  • Hacer previsiones a más largo plazo: está claro que un problema como una pandemia mundial es poco predecible, pero los empresarios tienen que hacer un esfuerzo por hacer previsiones a mucho más largo plazo, buscando que demanda y el stock estén parejos.
  • Cambiar la estrategia de compra: la dependencia del transporte marítimo y de Asia deben mitigarse, por lo que una estrategia conveniente sería diversificar. Tanto sacar los centros de producción de ese continente y relocalizarlos, ya sea en Europa para acortar los plazos de entrega, o en otro continente para poder tener más opciones en caso de que una falle, como comenzar a realizar envíos de pedidos en otros transportes.
  • Buscar sustitutos de los productos: para los casos en los que nuestra empresa se encargue de manufacturar productos, podemos buscar materias primas semejantes con las que trabajamos para poder suplir nuestra demanda sin tener que esperar a los envíos más costosos y lejanos de otros lugares.

“Si pones todos tus huevos en una misma cesta y ésta se rompe tendrás problemas, como hemos visto recientemente con la dependencia de la cadena de suministro asiática”, compara Imma Foix, partner en Expense Reduction Analysts. “Es importante dedicar tiempo a mejores programas de gestión de riesgo, para identificar los puntos débiles de la cadena de suministro y tener planes de emergencia que nos cubran las espaldas de retrasos, falta de materias o aumento del precio de las mismas.”