¿Cuándo un aumento en el precios puede llegar a convertirse en un ahorro de costes?
En épocas previas de inflación, muchos responsables de compras se felicitaban por haber mitigado los aumentos de precios cuando los proveedores querían más. Estos “ahorros” se comparaban con la tasa de inflación general y muchos recibían bonificaciones por este supuesto rendimiento excepcional.
El problema era que muchos de estos “ahorros” eran una completa ficción. Siempre ha sido una buena práctica de compra tener un desglose adecuado de los costes del proveedor. De esta manera, el comprador puede adoptar una visión basada en cero costes y los márgenes de beneficio del proveedor.
En el entorno actual, esto se torna en especialmente importante ya que muchos proveedores buscan aumentos de precios basándose en su afirmación sobre el impacto que la inflación está teniendo en su cadena de suministro. Estos gastos pueden estar relacionados con el combustible, los envíos, las materias primas o los cuellos de botella. Pero también pueden ser temporales. Por ello, el concepto de precios abiertos se hizo tan popular décadas atrás.
Desgraciadamente, muchos responsables de compras no han llevado a cabo nunca un desglose adecuado de los precios de sus proveedores y han tenido suerte en las últimas décadas, cuando la migración de la fabricación a países de bajo costo facilitaba mucho el ahorro. Todo indica que esa época ha terminado y eso significa que las funciones de compras de todo el mundo tendrán que asegurarse de que han hecho bien sus deberes.
Es de esperar que se produzcan muchas batallas entre el departamento de compras, que se jacta de los ahorros conseguidos, y el financiero, que se preguntara si están viendo los ahorros en la cuenta de resultados. La buena noticia es que los datos deberían ser los salvadores. Sin embargo, la capacidad de muchas funciones de compras para extraer datos de proveedores y facturas tendrá que actualizarse en gran medida.
¿Cómo podemos ayudarle?
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