En el mundo de la empresa se pone constantemente en valor la importancia de los clientes, siendo ésta en muchos casos la prioridad principal de las empresas.

Sin embargo, ¿dónde queda la importancia de los proveedores y la relación con los mismos? Una buena relación con nuestros proveedores y las mejores condiciones en materia de servicio, calidad y precio, nos beneficia tanto a nosotros como a ellos y nos conduce al éxito empresarial. Siempre enfocado, obviamente, hacia la sostenibilidad financiera y la generación de beneficios.

A continuación, presento las que considero son las claves fundamentales de esta relación con los proveedores:

Relación con proveedores habituales

Desde el primer momento la relación humana tiene que ser predominante, la cortesía y la profesionalidad son fundamentales. Junto con la disponibilidad para cualquier duda que le surja y que le sea resuelta con agilidad. Un proveedor que siente cercanía en la relación profesional, es sin duda un proveedor contento.

Por otro lado, debemos conocer los hábitos y modelos de compras del cliente con el proveedor, con el fin de poder formular mejores propuestas. Teniendo presente la posibilidad de poder contrastar nuevas propuestas con otros proveedores, si así lo quisiera el cliente. Por ejemplo, cambios en los métodos de la oferta, si ello puede repercutir en la mejora de la facturación

Potenciales proveedores alternativos

Contemplar la posibilidad de recurrir a nuevos proveedores debe estar siempre presente en nuestra estrategia empresarial. Algo que pueda parecer innecesario o tedioso como es el hecho de cambiar de proveedor, puede no solo ahorrarnos muchos dolores de cabeza en el futuro, sino también mucho dinero. No siempre es fácil cambiar la forma de trabajar de los proveedores para que se adecúen a las necesidades de la empresa, por ello en algunos casos cambiar de proveedor puede ser la solución.

En primer lugar, realizar un análisis completo de los pedidos y de los hábitos de compra del cliente y elaborar un informe de referencia detallando los precios y los requerimientos de uso y de servicio. A partir de ese análisis hay que analizar qué proveedor se adapta mejor a las necesidades tanto en servicio como en precio. Además de identificar las sinergias que podrían ayudar a optimizar los métodos de compra, ayudando así al proveedor a ofrecernos un servicio más adaptado a nuestras necesidades.

Cuando se contemple la posibilidad de recurrir a un nuevo proveedor, el objetivo es minimizar cualquier inconveniente que el periodo de transición pueda provocar tanto en el clien como en el proveedor. Para ello, comenzar la relación con los proveedores manteniendo reuniones de situación con una regularidad determinada. Al principio es conveniente tener un encuentro mensual y más adelante hacerlo trimestralmente. En cuanto a las condiciones contractuales con proveedores deben ser tan detalladas y claras como sea posible sin escatimar esfuerzos. Unas expectativas bien definidas por ambas partes son el prólogo de una relación duradera y provechosa.

Conclusiones

La idea no es buscar exclusivamente el precio más barato. El mejor servicio no resulta ser exclusivamente el de mejor precio, sino la combinación de las mejores prestaciones, un óptimo modelo de entrega, la mayor calidad y la más alta fiabilidad, seriedad y profesionalidad del proveedor.